Apollo 16 en el California Science Center de Los Angeles

Como muchos otros niños de mi edad, yo me sentía atraído por la astronáutica –trending topic mundial– de los años 70. El programa Apollo era ámpliamente difundido por la única televisión existente y los lanzamientos de cohetes y las reentradas en la atmósfera eran retransmitidos con regularidad. Era algo tan sumamente especial y único que todos queríamos ser astronautas.

Mi formación en edad infantil en un club de senderismo y montaña local, me dio a conocer la astronomía en las noches de acampada. Recuerdo como nos enseñaban las constelaciones más fáciles de identificar, como la osa mayor, la estrella polar y la osa menor, información que podía sernos de utilidad en pruebas de orientación nocturna. También recuerdo habernos quedado alguna noche en vela, para ver la esperada lluvia de estrellas.

Desde el 20 de Julio de 1969, a las cinco de la madrugada, cuando fui despertado por mi hermano para ver la retransmisión televisiva en directo, del “primer paso” del hombre en la Luna, el espacio me cautivó. Aún siendo niño, me empapé los nombres del proyecto Apollo como una esponja: Saturno V -el cohete-, el módulo de servicio, la cápsula Apollo (módulo de mando) y el módulo lunar o LEM. También recuerdo algún dato interesante, como los 11 Km. por segundo necesarios, para que un cuerpo pueda librarse de la gravedad terrestre y poder viajar a la Luna.

Todos estos recuerdos son tiempos pasados…, muy pasados, pero recientemente, tuve un “reencuentro” relativo con el Cosmos al efectuar un vivac a 2500 metros de altitud, en el lago Stellisee (Suiza), para intentar fotografiar la Vía Láctea junto a la inequívoca silueta del Matterhorn. La experiencia fue realmente fantástica ya que la atmósfera era tan pura, que no recordaba que la Vía Láctea fuera tan brillante. No soy especialista en este tipo de fotografía, ni dispongo del mejor equipo para obtener imágenes de gran calidad, pero estoy satisfecho de haberla “vivido” y podido hacer, tarea imposible en la fotografía analógica tradicional de la que procedo.

Por otra parte, el pasado año, también visité el California Science Center en Los Angeles, donde tuve la satisfacción de observar la cápsula Apollo 16, además del impresionante y monstruoso Space Shuttle Endeavour. Cabe reseñar que, a pesar de que el Apollo 16 nunca viajó a la Luna, por la drástica reducción de presupuesto, si lo hizo al espacio con el proyecto Apollo-Soyuz .

Desde aquella madrugada de Julio, con mis todavía tiernos 12 años, nunca llegué a imaginar que estaría tan cerca de una nave Apollo.

Emisión en directo del alunizaje del hombre en la Luna (Julio 1969)

Space Shuttle “Endeavour” en el California Science Center de Los Angeles

El “Endeavour” en el corto pero complejo viaje desde el auropuerto al California Science Center. Foto: Walter Scriptunas

Stellisee (Suiza) / Nikon D800 / Nikkor 18mm Ai-S / ISO 3200 / 20 segundos f/:5.6

Stellisee (Suiza) / Nikon D800 / Nikkor 18mm Ai-S / ISO 3200 / 20 segundos f/:5.6

Stellisee (Suiza) / Nikon D800 / Nikkor 24-70 mm / 52 mm / ISO 200 / 1/50 segundo f/:6.3

Stellisee (Suiza) / Nikon D800 / Nikkor 24-70 mm / 52 mm / ISO 200 / 1/50 segundo f/:6.3